En lo que va y viene del día, Carrizo decide pasar a saludar a la chacra de su vecino, se acerca al porche donde bajo los entreabiertos techos de quien sabe que pasto seco, se encontraba Antonio tomando mate.
Sin dejar de lado los codigos de hermano, el saludo y charla de campo ocurrieron como era esperado, adentrada la verborrea, el infantable convide matero se presenta, y ante la aceptacion de Carrizo procede Antonio a cebarle el del estribo. Solo para darse cuenta... que la pava estaba vacía.
¡Que desencuentro! aquel mate que no fue, nos vino a demostrar, que por grande que sea la gauchada, el agua no alcanza pa' la cebada.
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